Explorar el Perú a bordo de una Jeep es una experiencia que va mucho más allá de comprar una camioneta. Es conectar con la naturaleza, vivir la aventura en familia y descubrir rincones del país que solo un vehículo robusto y versátil puede alcanzar con seguridad y comodidad.

Para quienes buscan escapadas memorables con sus seres queridos, aquí presentamos algunos de los mejores destinos para visitar en familia con tu Jeep. Desde cañones escondidos hasta pueblos en medio de la selva, cada uno ofrece algo único, ideal para quienes aman la ruta y el espíritu aventurero.

1. Cañón de Autisha: Aventura en las profundidades

A solo unas horas de Lima, el Cañón de Autisha se presenta como una joya escondida en la provincia de Huarochirí. Este impresionante cañón es perfecto para las familias que buscan un primer viaje lleno de emoción, pero también seguridad y paisajes inolvidables. Para llegar, tu modelo de camioneta Jeep será clave: el acceso involucra caminos con curvas cerradas y superficies irregulares, donde un vehículo común podría tener dificultades.

Una vez allí, podrás disfrutar de caminatas, escalada ligera y, si el grupo lo permite, descensos a las profundidades del cañón con equipo especializado. Aunque no es recomendable para niños muy pequeños, las familias con adolescentes encontrarán en Autisha una experiencia distinta, rodeados de montañas, formaciones rocosas y un silencio que solo interrumpe el murmullo del viento.

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2. Oxapampa y Pozuzo: Naturaleza, cultura y tranquilidad

Si tu familia sueña con un viaje largo que combine paisajes verdes, cultura única y excelente gastronomía, el recorrido hacia Oxapampa y Pozuzo es una elección insuperable. Desde Lima, el trayecto puede superar las ocho horas, pero a bordo de tu camioneta todo terreno Jeep, el viaje se transforma en una travesía placentera gracias a su estabilidad, suspensión y potencia que permiten afrontar la diversidad del relieve andino y selvático.

Oxapampa te recibe con su mezcla de tradiciones austro-alemanas y peruanas, casas de madera, deliciosa pastelería y naturaleza a raudales. Es un destino muy familiar, con opciones como el zoológico “La Jungla”, el mirador “La Florida” y plantaciones de café o cacao para recorrer en grupo. Desde ahí, continuar a Pozuzo es casi obligatorio. Este pequeño pueblo, fundado por colonos europeos, parece sacado de un cuento: arquitectura tirolesa, aire puro y un ambiente pacífico ideal para descansar y reconectar.

3. Tingo María, Huánuco: Selva, cuevas y leyendas

Tingo María es una excelente opción para quienes desean adentrarse en la selva sin alejarse demasiado del panorama urbano. Conocida por su legendaria “Bella Durmiente” (una cadena montañosa que simula la silueta de una mujer recostada), esta ciudad ofrece paisajes verdes, cataratas y formaciones naturales impactantes como la Cueva de las Lechuzas.

Viajar desde Lima hasta Tingo María es un trayecto largo, pero hacerlo en Jeep lo transforma en parte esencial de la aventura. El camino incluye rutas asfaltadas, tramos con neblina y zonas de clima variado, todo dentro del reto que un conductor aventurero busca, con la seguridad que exige una familia. Una vez en destino, podrás organizar caminatas hacia la cueva, explorar el Parque Nacional de Tingo María o disfrutar de un paseo en bote por el río Huallaga.

4. Chilca: Aventura express cerca de Lima

Para escapadas de fin de semana o incluso de un solo día, Chilca es la alternativa ideal. A menos de dos horas al sur de Lima en cualquier tipo de camioneta, este pequeño destino es conocido por sus lagunas místicas —como la Milagrosa, la Encantada y la Mellicera—, a las que se les atribuyen propiedades curativas y energéticas. Aunque el pueblo es pequeño, el entorno natural y la posibilidad de conducir por las dunas o los caminos polvorientos que rodean la zona convierten a Chilca en un campo de juegos natural para los amantes del off-road ligero.

Además, con tu Jeep, acceder a zonas menos exploradas como playas escondidas o áreas de camping se vuelve más seguro y cómodo, incluso con niños pequeños. Es un lugar perfecto para enseñar a los más pequeños el valor del contacto con la tierra, del aire puro y del viaje como experiencia compartida.

Más que destinos: una experiencia familiar

Cada uno de estos lugares ofrece algo diferente: adrenalina, historia, paisajes, descanso. Sin embargo, lo que los une es la posibilidad de vivirlos en plenitud a bordo de un modelo vehicular preparado para todo tipo de caminos. Tener una Jeep no solo te permite llegar, sino disfrutar del trayecto: suspensiones que suavizan las imperfecciones del terreno, sistemas de tracción que dan seguridad en cualquier clima, y espacio suficiente para que cada miembro de la familia viaje con comodidad.

Ahora que ya lo sabes, contacta con nuestros asesores y descubre por qué una Jeep no es solo un vehículo, es una aliada para quienes valoran la libertad de explorar y la tranquilidad de saber que la aventura siempre será segura.

autor

Stefano Muttini

Gerente de Marketing de Divemotor

Especialista en experiencia del cliente y transformación digital con más de 12 años de experiencia en el sector automotriz. Apasionado por crear conexiones auténticas